El Siglo XXI. Un repaso histórico
Luís Ángel Fernández Hermana - @luisangelfh
4 agosto, 2017
2. “En el descansillo del infierno”. La segunda década del siglo XXI
2.1 La era de la información
“La economía proyectual”.–
Si hubiera que apuntar a un único factor determinante de los acontecimientos que marcaron el inicio del siglo XXI, ése sería la torrencial irrupción de la industria de la información y el conocimiento a escala global. La continua explosión demográfica de Internet propiciada por el abaratamiento espectacular de los costos de conexión y de las tarifas telefónicas a raíz de la feroz y global competencia entre operadoras de telecomunicaciones, convirtió a las redes en el primer producto de consumo masivo en los comienzos del Tercer Milenio. En contra de lo que habían predicho muchos gurús en las décadas anteriores, los países en desarrollo fueron directamente uno de los mayores beneficiados por este fenómeno. La multiplicación de redes de todo tipo se convirtieron en palancas de su globalización. La Sociedad Red, como la había definido un sociólogo español a finales del siglo XX, sólo tenía sentido cuanto mayor fuera la cobertura humana, informacional y cognoscitiva, del sistema.
Con una velocidad inusitada, las economías de todos los países se vieron atravesadas por múltiples redes que potenciaron, sobre todo, los aspectos cooperativos y lo que se denominó “la información proyectual”, estados críticos de conocimiento a través de las redes para alcanzar objetivos sociales, políticos y económicos muy complejos. “La información proyectual” se mostró como uno de los taladros culturales más eficaces jamás diseñados por la mente humana para horadar viejas barreras antropológicas. Las redes hervían con estos proyectos que concitaban el interés y la energía de miles de personas en diferentes puntos del globo y que, mediante sistemas telemáticos de simulación, podían comprobar casi en tiempo real las consecuencias de los esfuerzos de cada uno en pro del objetivo buscado.
2.2 Alejandría revisitada
GBD.–
En el 2004 se anunció con bombos y platillos que Internet ya tenía almacenado en su red de servidores (720 millones alrededor del planeta) todo, absolutamente todo lo publicado por la humanidad desde que había registro histórico. Toda la producción escrita y audiovisual de la humanidad de la que se tenía documentación estaba repartida por la Gran Biblioteca Digital (GBD). Parte de este magno fondo editorial era de pago, parte era de acceso gratuito. Lo único que separaba al gran público de este enorme depósito de sabiduría y conocimientos era una línea de telecomunicación y un terminal. Y ambas cosas estaban en el mercado desde hacía tiempo a costos cada vez más reducidos.
2.3 La OME.
Educación para todos.–
Las redes almacenaban información y conocimiento, pero el factor que canalizó su acceso universal fueron las políticas educativas impuestas desde las propias redes. La educación a distancia, en todas sus facetas posibles, alcanzó un elevado grado de descentralización. La AAE (Arquitectura Abierta para la Educación), un centro técnico de la Internet Society, el organismo regulador de Internet, se ganó un merecido prestigio mundial al desarrollar numerosos protocolos de comunicación que facilitaban el acceso a las redes y sus contenidos educativos con mecanismos cada vez más sencillos y baratos. La antigua UNESCO se reconvirtió en la Organización Mundial de la Educación para gestionar la tupida red de satélites, cable, radio y telecomunicación que cubría a todo el planeta, y para garantizar el acceso universal a sus contenidos. Esta política estaba financiada por todos los países con fondos procedentes del recorte sustancial de los presupuestos militares.