Propuestas para una ciudad relacional
Miquel Lacasta
10 noviembre, 2013
Si la ciudad relacional la podemos imaginar como una espumadera compuesta por esferas interactuando, siguiendo la tesis de Peter Sloterdijk según la cual la vida es una cuestión de forma, y que vivir, configurar esferas y pensar son expresiones diferentes de lo mismo, -todo ello aplicable de forma precisa a la idea de ciudad- la determinación de las lógicas propias de cada esfera de lo relacional parece una manera de profundizar en el concepto.
Si además asumimos que con ello solamente intentamos abrir la puerta a nuevas ideas, más que cerrar teorías sobra la ciudad, el riesgo o incluso el pánico a proponer ideas sobre la ciudad aminora. Por tanto lo que sigue es un ejercicio propositivo abierto, des-prejuiciado y contundente de lo que una ciudad puede llegar a promover desde el punto de vista de lo relacional.
ESFERA POLÍTICA
Reclamar el lugar regional-geográfico que se corresponde con la dimensión relacional
La dimensión relacional de una ciudad abarca mucho más territorio que el estrictamente determinado, en términos legales, por fronteras administrativas. Además como en cualquier red, la interacción entre diferentes nodos-ciudades, agranda el desarrollo y los puntos de conexión del territorio. Desgraciadamente la mayoría de las ciudades intermedias no tienen reconocidos legalmente los límites sobre los que realmente tienen influencia y eso menoscaba la capacidad de crear políticas activas y sobre todo eficientes. Ya que el hecho urbano/relacional no va a cambiar, sino todo lo contrario, va a aumentar en extensión e intensidad, es necesario que se desarrolle el instrumental adecuado para que una ciudad o un grupo de ciudades pueda atribuirse la capacidad política y por tanto legislativa y ejecutiva sobre unos límites que van más allá de su realidad municipal. Un plan de planes debería ser una de esas herramientas para la gestión de lo público, dejando a un lado localismos y/o rencillas vecinales.
Promover la constitución viral de movimientos participativos focalizados
Inmersos en una sociedad red, es inútil conducir los grupos sociales emergentes a través de los canales asociativos tradicionales, como se ha visto recientemente en Egipto, Túnez, España y Gran Bretaña. La antaño llamada sociedad civil, puntal político de una sociedad estructurada, se expresa mediante la tecnología de contacto y acceso que significa hoy un internet contextual, de forma mucho más rápida abierta y efectiva. En lugar de intentar contraprogramar un modelo de comportamiento capaz de organizarse de manera difusa, en una ciudad relacional se debería promover el desarrollo de movimientos participativos estructurados por temáticas interrelacionadas, con el fin de evitar el exceso de participación sin fines concretos y la consiguiente disipación de energía creativa y propositiva. La ciudad relacional debería poder traducir los espacios virtuales de discusión en espacios reales de participación y ser capaz de estar presente tanto en las ágoras virtuales como en las reales.
Diagramatizar surcos de pensamiento innovador y cruzar iniciativas colaborativas
La agilidad para el desarrollo de ideas innovadoras de una ciudad relacional debe corresponderse con su capacidad para registrar esas ideas y hacerlas crecer en un entorno colaborativo. La ciudad debe ser capaz de desarrollar infraestructuras de colaboración y desarrollo de talento con la forma de una red de espacios multidisciplinares para crear ecosistemas económicos, laboratorios de ideas para la discusión entre iguales y promover la cultura del emprendedor de forma efectiva. Estos espacios de evolución del talento son fundamentales para la supervivencia de las ciudades en un futuro mucho más próximo de lo que suele pensarse.
ESFERA SOCIAL
Sedimentar nichos sociales específicos en la ciudad
En el desarrollo de nuevos grupos sociales se suele perder la vitalidad inicial a medida que estos maduran debido a la fuga de talento hacia otras inquietudes más reconocidas por la sociedad, promoviendo un anquilosamiento fulminante de lo que en un principio eran iniciativas o movimientos innovadores. La falta de infraestructuras para la relación o simplemente el hecho de no dejar sedimentar nuevos nichos sociales en infraestructuras existentes diluye y frustra una extraordinaria cantidad de energía y talento, concentrado normalmente, pero no exclusivamente, en las capas más jóvenes de la sociedad. Es necesario no solamente parametrizar estos nuevos grupos sociales sino que además es básico ofrecer la posibilidad de que maduren y reviertan en la sociedad, dándoles el tiempo y el espacio para que sedimenten.
Contaminar con acciones intuitivas
Hay que dejar que otras formas de la inteligencia tomen la iniciativa. Según el Dr. Howard Gardner[1] hay 8 tipos de inteligencia diferentes y habitualmente solamente somos capaces de operar con la inteligencia analítica. La ciudad relacional es ante todo, también una ciudad intersubjetiva donde la intuición o lo que de otra forma se llama a veces la subjetividad tiene que poder expresarse y aglutinar nuevas formas de conocimiento. Todos hemos experimentado el hecho de que la razón ha dado argumentos a la intuición. Si una ciudad fuera capaz de hacer aflorar la intuición de sus ciudadanos se produciría una autentica explosión de creatividad.
Dimensionar la capacidad (el caudal) de microclimas sociales en desarrollo
Solemos referirnos al conjunto de ciudadanos como una masa homogénea de individuos que tienen en común solamente el espacio físico donde viven. Todos sabemos que la ciudad es mucho más que eso, y por ello es necesario dar con la forma de codificar los diferentes microclimas sociales que constantemente se dan en el seno de una ciudad y determinar consensuadamente su importancia, su fuerza, o incluso su potencia para hacer una ciudad evolutiva. Para ello es básico dimensionar el caudal de los movimientos sociales emergentes, tanto en intensidad intelectual, como en cantidad aglutinadora, tanto desde un punto de vista meramente productivo, como desde su capacidad de intercambio con otros microclimas sociales que permiten el refuerzo mutuo.