¡Memoria: resucita y conéctate!

Luís Ángel Fernández Hermana - @luisangelfh
29 agosto, 2017
Editorial: 128
Fecha de publicación original: 14 julio, 1998

Apretar el torno porque salga el mosto

El ciberespacio en castellano está a punto de experimentar un buen revolcón. La resurrección de la memoria enterrada en miles de libros –desde los desaparecidos en la noche de los tiempos a todos los existentes actualmente– será una de las puntas de lanza de una iniciativa destinada a penetrar en todos los rincones imaginables –e inimaginables– del sistema nervioso digital de habla hispana. La corporación alemana Bertelsmann, el primer grupo editorial del mundo, se apresta a crear una Librería Virtual que abrirá sus puertas a finales de este año con 200.000 títulos en sus estanterías digitales de fondos editoriales propios o ajenos. Es tan sólo el comienzo de una estrategia de amplias repercusiones. Tras este primer paso, se abre el camino a un ambicioso proyecto de comercio electrónico en castellano, de producción multimedia de amplio calado, de penetración en el mercado cultural con productos propios o exportados (traducidos) y de difusión de canales interactivos por redes IP, en particular TV. El escenario abarcará a España, Portugal y toda Iberoamérica. Los objetivos empresariales de este «desembarco» masivo en el ciberespacio, entre otros, son plantar una barrera a la constante expansión de Amazon.com y resituar a la industria editorial de contenidos en castellano como uno de los ejes del desarrollo de Internet. Pero esta tan sólo es una de las piezas del rompecabezas de la corporación. Bertelsmann está diseñando una operación semejante para los mercados alemán, inglés, francés y holandés, con una inversión global de 75.000 millones de pesetas.

La memoria impresa de estas lenguas resucitará como por arte de magia en el mundo digital. En el caso del castellano, el objetivo final es poner en la Red más de un millón y medio de títulos. De ellos, por ahora, sólo 8.000 serán propios. Estos últimos ingresarán desde la primera a la última página en la base de datos que se está confeccionando en España y Alemania. Poco a poco, a medida que se expanda el fondo editorial, irá sucediendo lo mismo con los nuevos títulos. Los que ya están agotados o han desaparecido por la dificultad creciente de las librerías para mantener sus existencias (y su existencia), se recuperarán para preparar una operación de futuro: la impresión a petición. A quien solicite un título que ya no exista ni siquiera en los depósitos y cuyos derechos estén libres, se le imprimirá sólo el ejemplar solicitado o lo recibirá o por correo electrónico o por el medio digital más apropiado (un envío directo a su impresora-encuadernadora doméstica, por ejemplo).

El ingreso de Bertelsmann en este mercado es una operación de «amplio espectro» destinada a conmover muchas cosas en el ciberespacio, tanto en las formas como en los contenidos. La inversión en el ámbito del castellano para la Librería Virtual supera los 7.500 millones de pesetas. Esta cifra no se corresponde desde luego con la magra dimensión actual de la población internauta en España y América Latina. Ni siquiera una política agresiva de comercio electrónico y una elevación espectacular generalizada del tono cultural permitiría recuperar esta inversión en la frontera de los tres o cuatro años que se ha propuesto la empresa. La Librería Virtual, en realidad, es tan sólo el buque insignia de una operación más vasta que contempla, entre otras, una decidida incursión en otros campos, como el convertirse en proveedor de acceso a Internet, la ampliación de los contenidos en castellano en la Red con una traducción masiva de contenidos y tecnologías actualmente existentes en Internet y el desarrollo de redes ad-hoc (mal definidas como Intranets) con servicios cortados a medida de los usuarios para ser servidos a través de Internet o de canales interactivos de TV.

Si hay una corporación en el mundo editorial particularmente preparada para esta estrategia es la alemana. En los últimos años, Bertelsmann, además de expandir constantemente su presencia en muchas de las casas editoriales más importantes del planeta, ha invertido en numerosos productos de Internet. Sus dos adquisiciones más significativas desde este punto de vista son el buscador Lycos y America On Line-Europa (AOL), que hasta ahora ha malvivido más que otra cosa sobre todo en Alemania. Todo indica, sin embargo, que junto con los libros también resucitará AOL para convertirse en uno de los arietes de la operación diseñada por la empresa alemana. A través de AOL, el grupo editorial puede ofrecer acceso masivo a Internet en paquetes segmentados de acuerdo a cada campaña de promoción y en condiciones insostenibles para la competencia.

Además, el éxito de AOL en EEUU (en total, más de seis millones de suscriptores), sobre todo en los sectores hispanos, parece que volverá a insuflarle el soplo de la vida a una iniciativa diseñada en 1996 que finalmente no prosperó: el canal Hispanic On Line. La idea era generar contenidos propios en castellano que apuntalaran a la traducción masiva a esa lengua de los contenidos en inglés de este proveedor. Su objetivo no residía sólo en penetrar en este mercado en EEUU, sino desembarcar con cama y petates en España y América Latina. El proyecto se quedó en agua de borrajas, entre otras cosas, porque no había una operación comercial clara que lo sustentara. Ahora sucede al revés: lo que sobra es músculo comercial. Lo que faltan son ideas para ponerlo en movimiento. Hace tan sólo unos días, AOL, Bertelsmann y el grupo francés Vivendi, filial de Canal+, anunciaron un acuerdo definitivo para facilitar servicios vía Internet en Francia. Y ya se está estudiando la traducción al castellano de los contenidos actuales de AOL. «Los santos vienen marchando» hacia el sur.

Los otros puntos de apoyo del grupo alemán para detener la progresión de Amazon.com en el mercado iberoamericano son más conspicuos. Bertelsmann no sólo es la propietaria de multitud de casas editoriales (acaba de adquirir Random House en EEUU, Sudamericana en Argentina, Lumen y Debate en España, el grupo editor portugués Bertrand creado en el siglo XVIII, etc.). También posee numerosos periódicos y canales de TV que forman un denso entramado corporativo en el sector de la comunicación. La Librería Virtual aparece, pues, como la ventana más visible, por ahora, de la creación de un nuevo emporio del conocimiento y la información distribuido por vía digital y disgregado en multitud de servicios que apuntalen esta vasta operación comercial. Un proyecto de esta envergadura sin duda afectará decisivamente a muchos de los presupuestos básicos sobre los que se ha desarrollado (o ha dejado de desarrollarse) Internet en nuestras lenguas hasta ahora. El ingreso de la corporación alemana en el mundo de los contenidos, poniendo sobre la mesa un pastel tan complejo y diverso donde se entremezclan el poderío empresarial, la información procedente de diferentes productos mediáticos propios, el envite cultural y la diseminación masiva de conocimiento, plantea una serie de importantes retos que sin duda se propagarán por todo el tejido digital. A ellos prestaremos atención en próximos editoriales.

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