Nuevo periodismo y redes de conocimiento. La revista en.red.ando.
Luís Ángel Fernández Hermana - @luisangelfh
15 octubre, 2015
[Con este artículo, iniciamos una serie que trata de “ajustar cuentas” con las actividades que desarrolló la empresa Enredando.com y la revista electrónica en.red.ando entre 1996 y 2004, en los campos del periodismo electrónico, los nuevos medios de comunicación, la organización y estructura de las redes de conocimiento -que a finales de los años 90 del pasado siglo e inicio del XXI, denominábamos en.medi@-, los procesos y proyectos de innovación social, la reorganización social como fundamento de dichos procesos y, en resumen, el análisis de lo que supuestamente hemos dejado atrás pero que, en la actualidad, cobra una vigencia inusitada ante el éxito de la información efímera distribuida por plataformas de comunicación, el crecimiento de Big Data y, tras su rastro, del concepto de Smart Cities, así como la supuesta debilidad de la privacidad personal y colectiva y el tratamiento de los datos digitales. Dicho de una manera diferente, ya que se trataba de editoriales que intentaban descifrar las actividades de la empresa, de la revista y de las innovaciones que emergían en Internet y su amplio y profundo impacto vital, muchos de estos temas están tratados en los tres volúmenes de Historia Viva de Internet.]
El título de este artículo debería completarse con el añadido: desde Cataluña y… para el mundo. Nuestras referencias sobre el periodismo digital, tanto en Cataluña, como marco de proximidad, como en España, siempre han sido, y siguen siendo, excesivamente contemporizadoras y, en demasiados casos, más cerca del alarido autosatisfecho de Tarzán que de la realidad, conscientes de la belleza del propio ombligo en unos casos, o por ignorancia en otros. Basta con ampliar ligeramente el foco para encontrarnos con la descarnada verdad: la comparación con lo que sucedía en otros lugares, sobre todo en EEUU, eran casi siempre reverenciales, una forma discreta de reconocer que la cosa no iba muy bien. Lo cual demostraba, al mismo tiempo, que la ignorancia se extendía hasta bastante más allá de las fronteras propias, a la vista de la crisis crónica que viven los medios tradicionales y el periodismo en general en el país que se sacó a la Red de la manga. Los libros publicados y muchos de los artículos dedicados a la política que adoptaron los medios de comunicación tradicionales ante la irrupción de Internet, como, por poner un ejemplo, El Periódico (yo estaba allí y lo inicié todo y sé bastante bien, me atrevería a decir mejor que nadie, lo que pasó), así como de muchos otros, sin olvidar lo que hicimos los que hicimos algo, son de una superficialidad considerable. ¿Por qué esto ha sido así? ¿Por qué tanta gente ha podido afirmar con impunidad tal sarta de imprecisiones, equívocos e historias improbables?