(*) Gestión de conocimiento en red (GC-r): ¿qué es?, ¿cómo se hace?, ¿con qué instrumentos?
Luís Ángel Fernández Hermana - @luisangelfh
31 julio, 2014
Badajoz. 23 mayo 2002 [Papeles que son historia viva]
Desde hace varios años, Enredando.com viene trabajando en lo que nosotros denominamos “gestión de conocimiento en red” (GC-r). Durante mucho tiempo hemos tratado de ir desbrozando el camino, de construir la argumentación sobre las diferencias entre la gestión de conocimiento en red y la gestión del conocimiento, así, a secas, de desarrollar sus categorías, de elaborar sus conceptos básicos, de fijar los límites de este campo que, a pesar de todo, todavía aparece muy confuso y, finalmente, de poner en pie la construcción tecnológica para su aplicación práctica. (**)
La larga sombra de la gestión del conocimiento, en cuanto una de las áreas de la gestión empresarial (management) desarrollada a partir sobre todo de los años 60 en EEUU, ha contribuido a enredar considerablemente el lenguaje, y las subsecuentes actividades y conceptos relacionados con este tipo de gestión de conocimiento. La labor de las grandes consultoras, en este sentido, ha servido para embrollar aún más el asunto. En EEUU, por ejemplo, la gestión del conocimiento comprende hoy un mercado de miles de millones de dólares, aunque los territorios conceptuales donde se invierten estas sumas no están claramente demarcados.
Explicar nuestro punto de vista significa, al mismo tiempo, explicar el tipo de formación en.red que Enredando.com ha desarrollado para aprender a gestionar conocimiento en red. Nosotros somos una empresa de comunicación digital y de servicios y consultoría de gestión de conocimiento en red. Estos conceptos, para nosotros, son completos: comunicación digital (no hacemos sólo comunicación, ni somos sólo digitales) y gestión de conocimiento en red (no hacemos gestión, ni gestión de conocimiento, ni gestión del conocimiento, ni gestión del conocimiento en red). Esta es una primera seña de identidad.
¿Por qué comunicación digital? Las redes de ordenadores, en particular las redes de arquitectura abierta, como Internet, -entre muchos otros factores- han contribuido decisivamente a cambiar el modelo de producción de información de la sociedad industrial. Durante casi tres siglos, desde la revolución industrial, la producción de información estaba enclaustrada entre las paredes de las empresas e instituciones que se dedicaban a este menester, con gente especializada al frente, que empaquetaban diversos productos informativos para su consumo masivo. Las variaciones sobre este tema eran (y son) múltiples, pero el ritmo troncal se mantenía: unos pocos acopiaban, analizaban, seleccionaban, discriminaban y preparaban para su distribución los productos informativos.
Ahora, y cada vez más, la producción de información se encuentra dispersa fundamentalmente en redes digitales y, debido a la interacción entre todos los agentes que contribuyen a ella, es en realidad producción de comunicación en entornos digitales. Ergo: hacemos comunicación digital, o sea, producir información a partir de la actividad de multitud de agentes. De manera que lo que antes era producción de información -y por eso pensamos que a los medios de comunicación habría que denominarlos, en propiedad, medios de información-, o sea, la oferta de la información cosechada, procesada y empaquetada por unos pocos emisores y distribuidas a masas de consumidores, ahora se ha convertido esencialmente en demanda: todos pedimos lo que queremos o necesitamos, y tenemos que encontrar a quienes nos lo suministre a partir de lo que solicitamos. Esto es, pues, comunicación, y al ocupar las redes una posición preponderante en este sentido y permitir, al mismo tiempo, la interacción entre los que solicitan y ofrecen, es comunicación digital.