Cibercultura

Cuentos de Navidad. Nota del recopilador

Coladepez
21 diciembre, 2018
Página 1 de 1

Durante la segunda década del siglo XXI, un grupo de amigos nos hemos reunido con admirable irregularidad para regodearnos con historias de ciencia-ficción, ya sea inoculadas por relatos escritos, o arrojadas al cerebro a paladas de audiovisual. Literatura, cine, pintura, manifestaciones artísticas de diversos colores y soportes, nada nos era indiferente, aunque no siempre lo entendiéramos. No éramos aficionados al género, ni intercambiadores de cromos. Desde diferentes perspectivas y senderos culturales, considerábamos que la ciencia-ficción nos entregaba claves significativas del mundo en el que habíamos vivido, en el que vivíamos, o en el que viviríamos o no viviríamos nunca, ni hacia adelante, ni hacia atrás.

En esas estábamos, entregados al noble ejercicio de despotricar y alabar, de defender a sablazo limpio nuestras historias, conocimientos y experiencias personales con una entrega rayana en límites profesionales, cuando alguien mencionó esos cuentos de Navidad que habían circulado a finales del siglo XX y comienzos del XXI. Nadie sabía de donde habían salido, ni quienes eran los autores. Lo curioso era que quienes los habían leído, no tenían claro dónde, en qué. Cuando preguntabas, las respuestas apuntaban a los típicos ingredientes de leyendas que ni siquiera se sabía si estaban escritas, o si fluían en soportes tan leves como el aire que respiramos. Hasta que, de la manera más extraña, me cayó uno en las manos. Me lo dio la hija de 7 años de un amigo. Estábamos en la semana de Navidad y me pidió que se lo leyera antes de irse a dormir. Ella ya lo conocía, se titulaba Cuento de Navidad (Por-venir). Se (me) lo leí. Lo terminé y le pregunté: ¿Lo leemos otra vez? Lo repetimos hasta 6 veces. Casi me lo aprendí de memoria. Le pregunté si tenía más, como si fuera una estantería milagrosa. “Manuel tiene dos, pero no me los deja”. Así empezó todo. Tras una larga y extraña indagación, que incluyó una intrusión en toda regla a los ordenadores de una biblioteca de Calvinia, conseguí 8 de estos míticos cuentos de Navidad. No supe si había más, no he escuchado nada más al respecto desde entonces.

Los cuentos tan solo estaban fechados. El martes de cada semana de Navidad. No había referencias del autor o autores. Desde el principio me dio la impresión que se trataba de un trabajo colectivo o, más bien, de una experiencia colectiva. Algo así como los hilos que dejan tras de sí las múltiples visitas de gente desconocida para entregar regalos a los niños, que acaban convirtiéndose en un tejido confeccionado por múltiples relatos enfocados hacia determinadas fechas, o hechos. A fin de cuentas, así se construyen las historias orales, la madre de todas las historias que nos han convertido en lo que somos. Y apostaría que eso es lo que eran. Los cuentos no delataban al género del autor, aunque sí se notaba un sesgo. De todas maneras, no era una voz, o voces, reconocibles desde ese punto de vista. El lenguaje sí retrataba -o intentaba- la época. El mundo era entonces una aldea. ¡Se admiraban de que disponían por lo menos de 200 millones de servidores para conectarse a la Red! O causaban revuelo alertas ingenuas, como la del año 2000. A pesar de lo cual, incluso en esos casos, es fácil advertir la audacia de estas historias y la naturaleza sobre la que se elevan para contar algo que no formaba parte de lo cotidiano. Desde el contexto de los cuentos, hasta sus pormenores, nos encontramos con el relato de aspectos a los que todavía no hemos llegado, ni siquiera sabemos si alguna vez llegaremos, o que siguen siendo una fuente de angustia ante divisiones que proporcionan prosperidad en un extremo y desdicha en el otro. Y todavía no tenemos forma de resolverlas. El último cuento de Navidad fechado era de 2003.

Desde entonces, no he conseguido ninguno más, ni nadie me ha dado razón de que existan más. ¿No hay más? Si los hay ¿cómo es que están tan bien escondidos? Y si no los hay ¿por qué, qué ha pasado con el/la /autor/autora, o los autores? El otro misterio es que cada cuento, tras el titulo, se inicia con un refrán, como si esa fuera la críptica firma del autor.

_________________________

Nota del editor: Pueden descargarse los cuentos de Navidad a los que se refiere el texto aquí: Viejos cuentos de Navidad. Historias y tradiciones de finales del siglo XX y principios del XXI

Podcast sobre Los cuentos de Navidad: LaA -07-. Los cuentos de Navidad de LAFH. Rafa Martín

print