Cibercultura

Laboria, la ciudad del trabajo informatizado

Susana Finquelievich
31 mayo, 2016
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El tango de los servicios

Leo en un artículo de El Cronista de mayo 2015 que en Argentina la exportación de servicios ha ascendido al tercer lugar en el ránking de ventas al exterior. Estos servicios incluyen trabajos contables, legales, informáticos, de arquitectura, ingeniería o audiovisuales, entre otros. El sector emplea actualmente a 120.000 profesionales. Lo más notable es que en un país que se sacude al compás, ya no del tango, sino de los bruscos vaivenes económicos y políticos, la exportación de servicios desde la Argentina logra mantenerse estable y consolidarse en rubros como servicios contables, legales, arquitectura, ingeniería, audiovisual, publicidad, informática, investigación y desarrollo, consultoría y servicios empresariales.

Según un Informe de Argencon, una entidad que promueve la exportación de servicios basados en el conocimiento (SBC) y que realiza radiografías de la exportación de conocimiento argentino al mundo, con este superávit de 37% la Argentina pasa a ser «el principal país de la región en generación de ingresos netos, siendo el segundo en volumen de exportaciones, detrás de Brasil». Durante 2014, el nivel de empleo del sector SBC se mantuvo estable en torno a las 500.000 personas, de las cuales, 25% estuvo vinculado a la exportación, añadió el Informe.

Carlos Pallotti, ex CEO de Argencon, se remonta al año 1984: “El empleo en el sector informático en esa época era ínfimo. Ahora ha aumentado espectacularmente. En el ecosistema productivo argentino, en los 1990s, la cantidad de gente que se dedicaba a la informática serían unos 10.000, 15.000, 20.000 máximo…. Hoy son 120.000 informáticos, según lo declaran a la AFIP: programadores, técnicos, ingenieros en sistemas. Pero además hay que añadir a los cuentapropistas, a los que tienen un comercio de computación, a los diseñadores de páginas web y otros”, comenta en un restaurante de Puerto Madero ante un plato de sorrentinos. “Uno puede preguntarse dónde trabajaba esa gente antes. Un gran número venía de la industria manufacturera, como la industria automotriz. Ahora estas empresas usan menos personal para la una producción mucho mayor que hace 10 o 15 años. La gente que salió de la industria automotriz ahora está en el sector informático; hacen los robots y los programas para el funcionamiento de la industria. Miremos qué pasó en el campo: la automatización hizo que miles de personas dejaran el campo y migraran a las ciudades. Esa mano de obra, mucho menos calificada, fue a trabajar en construcción y otras ocupaciones, pero algunos de ellos se emplearon en servicios, y para eso tienen que tener terminado el secundario. La gente deja de trabajar en la producción de bienes para trabajar en servicios. Ya no hay lugar para el analfabetismo en el mercado laboral. Hubo un ascenso educativo, y muchos de esos chicos buscaron trabajo en el sector informático… “

La economía tradicional argentina sufre grandes cambios. Durante 2014 el país vendió conocimientos al exterior por US$ 5.800 millones. Este rubro fue el tercero como generador de divisas, detrás de los complejos sojero y automotriz y (créase o no) por encima de los cereales, los productos químicos, los combustibles y los metales, entre otros ítems tradicionales de exportación. ¿Qué son los servicios basados en el conocimiento, o SBC? Se trata de servicios contables, legales, arquitectura, ingeniería, audiovisual, publicidad, informática, investigación y desarrollo, consultoría y servicios empresariales. El volumen de exportaciones de los SBC permitió generar una balanza positiva de US$ 2.200 millones frente a las importaciones del sector. Durante 2014, el nivel de empleo del sector de exportación de servicios basados en el conocimiento se mantuvo estable con un total de 120.000 puestos de trabajo. Los SBC son una forma de exportación de alto valor agregado. Argencon insiste en la necesidad de invertir en la educación para formar recursos que permitan atender a la demanda del sector, que según prevén alcanzará los 150.000 puestos de trabajo en los próximos diez años.

Entonces, ¿la informatización causa desempleo o crea nuevos puestos de trabajo y nuevas carreras antes no prevista? Salomónicamente se puede citar a Neffa (1996), quien afirmaba que en sí mismas, las TIC no pueden ser consideradas como los únicos factores generadores de más empleos o de desempleo. “Esto nos pone a cubierto de una tentación «ludista» –y hasta cierto punto retrógrada- que nos haría desconfiar o rechazar sistemáticamente el cambio científico y tecnológico en nombre de la defensa del empleo “, subraya.

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