Los avances de la innovación abierta. Miradas mundiales
Susana Finquelievich
17 junio, 2013
En general, no es posible encontrar un único uso de fondo, estable, que defina absolutamente la naturaleza de un artefacto tecnológico. Desde los artefactos tecnológicos más antiguos: un trozo de sílex, el fuego, un martillo, pasando por los automóviles u hornos a microondas, hasta llegar a la informática, las telecomunicaciones y la energía nuclear, casi todos los objetos tecnológicos poseen muchos más usos que el pensado originalmente por sus inventores o descubridores. La práctica social se basa en el sentido colectivo; por lo tanto, el uso con sentido de la tecnología es inherentemente social y relacionado con las prácticas sociales.
En la Sociedad de la Información y el Conocimiento la innovación es permanente: la intensificación de los procesos de adopción, transformación, diseminación de innovaciones, y su posterior re-transformación y superación, implica, según Lastres, que el tiempo necesario para lanzar y comercializar nuevos productos se ha reducido considerablemente, así como han disminuido los ciclos de vida de los productos y procesos. En esta “economía de la innovación perpetua”, la participación de los actores en redes y sistemas resulta la mejor estrategia para las organizaciones y empresas, de cualquier tamaño y área de actividades que representen. El desarrollo y proliferación de estas redes es considerada la innovación organizacional más relevante asociada al nuevo paradigma tecnológico social económico.
La innovación abierta
El concepto de “innovación abierta”, expresión acuñada por el Profesor Henry Chesbrough, se originó en el sector empresario. Consiste en una nueva estrategia de innovación por medio de la cual las empresas se aventuran más allá de los límites internos de su organización; la cooperación con profesionales externos pasa a tener un papel fundamental. Mientras que tradicionalmente las compañías han gestionado la innovación de forma cerrada, con el modelo Open Innovation o Innovación Abierta los proyectos pueden generarse tanto dentro como fuera de la empresa, pueden incorporarse tanto al inicio del proceso de innovación como en fases intermedias, y pueden alcanzar el mercado a través de la misma compañía o a través de otras empresas. El empresario aplica diferentes estrategias de colaboración con los agentes, tanto internos (empleados, directivos, socios) como externos (clientes, proveedores, stakeholders) con el fin de incrementar la innovación.
Este tipo de innovación responde a la posibilidad de ocurrencia de lo que se conoce como inteligencia colectiva. En este contexto, universidades y centros de investigación ofrecen nuevas perspectivas y soluciones a las compañías que utilizan este modelo.
En este libro, el concepto de innovación abierta desborda las fronteras empresariales y se amplía al ámbito de las universidades, las organizaciones no gubernamentales, los gobiernos a nivel nacional, regional y local. Los diversos capítulos tratan de la innovación en tanto que práctica social. Para Tuomi (2002), el locus de la innovación es un grupo de personas que reproducen una práctica social específica. A su vez, la práctica social consiste en formas reproducidas de acción. Los artefactos tecnológicos juegan un rol en la formación de prácticas sociales, en tanto que externalizan aspectos de la práctica y transforman partes de ella trasladándolas desde la esfera mental al mundo material y concreto. Por lo tanto, asevera Tuomi, las prácticas existen como redes complejas de herramientas, conceptos y expectativas.
Las prácticas sociales estructuran y organizan la vida social, y proveen los cimientos para el procesamiento del sentido colectivo. El sentido (lo que luego determinará el uso sensato de las innovaciones tecnológicas) se produce y reproduce en las comunidades específicas, que a su vez producen y reproducen el sentido (el uso determinado de ciertas tecnologías). El sentido se origina entonces en las actividades y prácticas colaborativas. La comunidad que reproduce sentidos o significados específicos es la que reproduce las prácticas relativas a ellos. Tuomi plantea que la comunidad crea usos potenciales específicos de la tecnología. Por lo tanto, el “usuario” de una tecnología no es una persona individual, sino un miembro de la comunidad de práctica que utiliza esta tecnología.
Retomemos nuestras charlas de café con Mariana Salgado: como producto de nuestras conversaciones y lecturas, ambas le propusimos a Michel Gurstein, Director del Journal for Community Informatics (JOCI) [3] editar un número especial sobre la co-creación de innovaciones socio-técnicas [4]. Michael aceptó entusiastamente, y lanzamos una convocatoria para artículos. Fue como lanzar una botella al mar. ¿Quién la encontraría, y cuántos investigadores, en las vastas orillas de los estudios sociales sobre la innovación participativa, nos responderían? ¿Cuál sería nuestra “pesca”, en términos de resultados de investigaciones, de comprensión de cómo los individuos, grupos y comunidades se apropian de las tecnologías de información y comunicación y las usan para generar variaciones o nuevos productos y servicios que les resulten útiles en sus propias prácticas específicas?
Un número elevado de colegas de diversos países ha respondido a esta convocatoria, probando el profundo interés que existe en el mundo de la Informática Comunitaria, de los Laboratorios Ciudadanos y de la E-Ciencia Ciudadana en el análisis de los procesos de innovación llevados a cabo por individuos o comunidades, y que integran en nuevos objetos, formas de organización o modos de pensar.
Mientras el número de JOCI se editaba, reflexioné que no sólo muchos de los artículos presentados en inglés interesarían al mundo hispanohablante, sino que es necesario aguijonear los debates en torno a este tema. De allí surgió la idea de compilar este libro, que reúne cuatro de los artículos publicados en JOCI [5] y traducidos al castellano, junto con cuatro nuevos artículos [6] solicitados a expertos nacionales y extranjeros en el mundo de la innovación abierta y participativa.
El propósito de este libro es el de examinar, usando una variedad de enfoques multidisciplinarios, la interacción mutua entre las TIC y los usuarios. Los autores han reflexionado sobre la hipótesis de que cualquier intento de comprensión de las motivaciones y prácticas de los usuarios / ciudadanos debe considerar la multiplicidad de roles que juegan, y que la división convencional entre usuarios y productores es en gran medida formal y artificial. Los capítulos publicados en el libro consideran las maneras en que los usuarios consumen, modifican, domestican, diseñan, reconfiguran y con frecuencia presentan resistencias al desarrollo tecnológico, al igual en que los modos en que los mismos usuarios y sus prácticas son transformados por el uso de las TIC.