El miedo escénico al aula

Luís Ángel Fernández Hermana - @luisangelfh
3 octubre, 2017
Editorial: 137
Fecha de publicación original: 13 octubre, 1998

Para lo que el hombre no quiere hacer, achaque ha de poner

La apuesta de los gobiernos por una educación que aproveche al máximo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) suele venir empaquetada en una gran promesa: ordenadores para todos los alumnos y conexiones a Internet para tal fecha. Ahora bien, aun en el supuesto de que tales objetivos se cumplan, queda pendiente un rosario de preguntas del que, a fin de cuentas, depende el éxito de todo el intento: ¿qué uso harán los maestros de estos recursos tecnológicos? ¿en qué se convertirán las asignaturas que han venido impartiendo desde que se formaron en el magisterio? ¿cómo emprenderán el tránsito desde los libros hacia la prometida educación multimedia? Y, el contenido de esta educación, ¿dónde estará? ¿en soportes de CD-Rom, en línea en Internet o en servidores a los que se conectarán para obtener sólo el material necesario? ¿Se abrirá entonces una competencia feroz entre industria multimedia y alumnos por elaborar contenidos educativos a medida que las TIC aumenten su sencillez de uso y abaraten sus costos?

Por no cansarnos con preguntas, ¿cuál será el ámbito tecnológico del aprendizaje: redes cerradas que reproduzcan estructuras escolares reconocibles, o redes abiertas que requieran el diseño de nuevos entornos educativos? Todo esto apunta, en definitiva, a una de las problemáticas más complejas de la Sociedad de la Información y que no suele mencionarse en las grandilocuentes promesas oficiales: la nueva relación maestro-alumno y la orientación global del proceso educativo. Y todo esto fue materia de debate en la Jornada Internacional de Nuevas Tecnologías Multimedia en la Educación, que organizó la semana pasada en Barcelona la empresa Zetamultimedia y que sentó alrededor de una mesa a representantes de la industria de contenidos multimedia y de las administraciones educativas de México, Venezuela y las comunidades autónomas de Valencia y Cataluña.

Las conclusiones más interesantes de este encuentro podríamos resumirlas en varios puntos:

1.– Una educación firmemente apoyada en las TIC tiene que negociar su implantación con las situaciones heredadas, como ha reconocido el gobierno británico. Hace unos meses, Tony Blair lanzó su gran proyecto educativo: todos los colegios, escuelas y bibliotecas estarán conectados a Internet para el 2002. Gobierno e industria han asignado miles de millones de dólares a este objetivo. Pero tras el eslogan viene la realidad. En Gran Bretaña, el 58% de los ordenadores instalados en las escuelas primarias y el 38% en la secundaria son de la marca Acorn, que no son compatibles ni con los PC actuales, ni con los Mac. De ahí que todo el proyecto cuente con el apoyo de Bill Gates, pues de lo que se trata ahora es de renovar todo el parque de ordenadores para trabajar con el entorno Windows. Además, la vasta mayoría de las máquinas no están en las aulas, sino en las bibliotecas, las aulas informáticas o las casas.

El segundo paso del proyecto es la formación de maestros y alumnos. El gobierno ha creado dos instrumentos, la Red Nacional para el Aprendizaje (National Grid For Learning), compuesta de un complejo de webs donde se acumulan nuevos materiales y un índice de las mejores prácticas, y un Centro Virtual para la Enseñanza (Virtual Teaching Center). Además se ha organizado una lotería nacional, cuyos fondos estarán dedicados a entrenar a los maestros, sobre todo para familiarizarse con las máquinas y los programas más habituales, en particular los de tipo multimedia.

Las iniciativas comerciales tendrán también su propia red para que los maestros conozcan la oferta del mercado. Esta es la primera vez que se producirá un encuentro de este tipo «a pie de aula» entre la industria y los maestros, aunque será a través de Internet. Alan Buckingham, director gerente de Dorling Kindersley’s Multimedia , una de las principales corporaciones del mundo en materiales educativos multimedia, señaló que estos contenidos plantean un proceso de aprendizaje tanto para el maestro como para el alumno a través de una relación interactiva (de hecho, Dorling Multimedia va a cambiar su nombre a Dorling Interactive Learning). Por tanto, la industria tendrá que mantenerse al tanto de la evolución del proceso educativo para orientar sus productos. Según Buckingham, las TIC están potenciando el cariz investigador de los niños, quienes cada vez más trabajarán con modelos y con simuladores, herramientas imprescindibles para percibir el mundo.

2.– A Internet se llega de muchas maneras… Guillermo Kelley, coordinador general del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), integrado por 13 países, pintó el escenario más común en la gran mayoría de países del mundo: el déficit en infraestructura de telecomunicaciones, la pobreza (y lentitud) de las conexiones y la necesidad de «puentear» estos cuellos de botella para aprovechar las oportunidades que ofrece Internet. La solución ha caído literalmente del cielo. El ILCE promueve la Red Satelital de Televisión Educativa (Edusat) de México. Por medio de seis canales de televisión (12 en enero) y 24 de audio, la red cubre todo el territorio mexicano y gran parte de la región centroamericana. Sólo en el primer país hay 20.000 receptores, pero el objetivo es llegar a 150.000 escuelas en 1999. Kelley abogó por la convergencia TV/PC para hacer llegar Internet por TV gracias a la banda ancha que ofrece el satélite, lo cual les permitirá utilizar recursos multimedia, a pesar de las dificultades en la señal de retorno. El objetivo es que todas las escuelas de enseñanza básica estén conectadas a Internet con ordenadores multimedia (20 alumnos por PC) para comienzos del próximo siglo.

Si este objetivo se cumple, afirmó, la red Edusat puede convertirse en la herramienta más potente para reequilibrar el territorio al suministrar apoyo a la formación de los maestros y el desarrollo de asignaturas dondequiera que se encuentren. En este contexto, el CD-Rom se ha convertido en una pieza indispensable de todo el proyecto. Es interactivo, ofrece información fácilmente localizable y prepara de una manera ágil para lidiar con Internet. «Si no es a través de materiales multimedia no hay forma de arbitrar una educación que pueda llegar a todos a través de las tecnologías de la información de una manera eficaz y barata,» señaló Kelley tras explicar que en En México se hablan 56 lenguas indígenas y hay 50.000 maestros bilingües.

…y el maestro decide cómo usarla. Alba Rocío García, directora general de Quantica (cuya dirección web lamentablemente no funciona), presentó otro ángulo de la educación: en vez de hacer hincapié en la cantidad, como han propuesto los sucesivos programas de alfabetización desde los años sesenta, puso el énfasis en la calidad. Alba explicó que en el programa educativo de Venezuela , el maestro es la piedra angular. «Si no usa los materiales que se le proporciona, no hay tecnologías de la información que valgan», afirmó. La mayor preocupación del gobierno de Carabobo, que está usando los trabajos de su empresa, es incorporar estas tecnologías al curriculum como materiales didácticos. El objetivo es capacitar a los maestros «para evitar que los niños les arrollen» y puedan ejercer su función pedagógica. En ambos casos –tanto el mexicano como el venezolano y, en gran medida los demás–, la cuestión es cómo hacer llegar la conexión a escuelas que no tienen medios y que esta conexión permita la transmisión de materiales multimedia, para lo cual los acuerdos con las compañías telefónicas resultan imprescindibles.

3.– No todos quieren a Internet. La Generalitat de Valencia, acorde con su proyecto de Infoville, que José Emilio Cervera, subsecretario para la modernización de las administraciones públicas, definió como un concepto, una marca, ha decidido que el objetivo de preparar a los niños para la Sociedad de la Información debe ocurrir en una sociedad cerrada. En redes telemáticas cautivas, surgidas del acuerdo entre la administración, Telefónica y empresas de hardware, han comenzado a desarrollarse iniciativas como el Infomarket, el Infosilio (para la Tercera Edad), el Infocole y otros infos de distinto signo. La web diseñada por la Oficina Valenciana para la Sociedad de la Información (OVSI) para mostrar estos proyectos es de navegación compleja y plantea la duda de si los usuarios son capaces de sobrevivir en un «recinto electrónico» donde todo viene pre-empaquetado y con pocas posibilidades de salir al exterior, a Internet. Según Manuel Escuin, director general de la empresa Tissat (de Telefónica), el objetivo del programa valenciano es que cada niño disponga de propio terminal, uno de los cuales por aula estará conectado a Internet. Cada colegio recibirá RDSI y programas interactivos por satélite. Según los responsables de la OVSI, éste será el modelo que se impondrá en todo el mundo. Aunque el proyecto resuelve sin duda algunos de los problemas más conspicuos para la formación del maestro, por ahora el mundo se está conectando a Internet y no prosperan las experiencias cerradas donde se reproduce el esquema tradicional del colegio y los niños utilizan el ordenador como si fuera la pizarra.

Ferrán Ruiz, director del programa informático educativo de la Generalitat de Catalunya (PIE) advirtió que los enfoques «top-down», de arriba abajo, en los que se proporcionan soluciones que no toman en cuenta la situación real, están condenados al fracaso. En su opinión, es fundamental que los alumnos aprendan a utilizar Internet lo más pronto posible e interactúen con los profesores a través de su dominio de las TIC. Ruiz aclaró que utilizar la Red y dominarla no significa saber cómo funciona, sino qué hacer con ella.

4.– Online, offline, CD-Rom, contenidos licenciados. Una educación basada en las TIC plantea de inmediato la cuestión de los contenidos y estos remiten a los sistemas multimedia. Mientras había pocos ordenadores en las aulas, el costo de un CD-Rom era tan exótico como su propia utilización como material educativo. Pero al hablar de aulas informatizadas y conectadas a Internet, la situación varía. Los costos se disparan y el empleo del formato aparece incluso como irrelevante. Lo importante es su contenido y como acceder a él. Esto plantea, desde luego, nuevos problemas para la industria de los contenidos multimedia que, por ahora, no se ha planteado todavía de qué forma va a participar en la revolución que se avecina. La pregunta del millón es: ¿por qué no se pone el CD-ROM en un servidor y se paga por una contraseña y el volumen de uso? ¿Por qué no se licencian los contenidos y se los coloca en la Red? En suma, ¿qué es más importante en el campo de la educación, el formato o el contenido?

Alan Buckingham reconoció que el programa del Gobierno Británico y de muchos otros gobiernos a los que ellos suministran materiales multimedia están cambiando el mercado. «El uso masivo de PC multimedia tiende a cambiar los usos y a variar la composición del precio. Estamos estudiando licenciar los contenidos con una contraseña o mediante algún tipo de suscripción que permita el acceso a un servidor desde donde se pueden cargar los contenidos».

Esta fórmula apunta al nacimiento de un nuevo tipo de empresas intermediarias encargadas de gestionar a distancia contenidos desarrollados por otros, o por encargo, para el sistema educativo. La educación en red llevará aparejada la comercialización de contenidos en red para ahorrar costes de fabricación, empaquetamiento, transporte, impuestos, etc. Además, como señaló Pedro Acebillo, director general de la empresa Gestión del Conocimiento, el disponer de los contenidos en red permitiría hacer un seguimiento automático de la utilización del producto y se podría comprobar el progreso del alumno y la forma como el profesor mejora en la utilización de estas herramientas.

Kelley propuso acuerdos globales con las empresas que les permitiera utilizar sus contenidos multimedia por satélite porque el ancho de banda irá creciendo constantemente. «En dos o tres años, la ventaja del CD-ROM desaparecerá en pro del ancho de banda y de potentes servidores». Según todos los presentes, esta tendencia será imparable a medida que la formación de los profesores aumente los costos de capacitación al incrementarse el uso de los materiales multimedia. Además, las autoridades educativas, los maestros y los alumnos participarán también de una manera creciente en el diseño de dichos materiales, lo cual exigirá sistemas más expeditivos de comunicación entre estos y la industria. Mientras ésta, hasta ahora ha desarrollado sus contenidos con un ojo puesto en el mercado mundial, todo indica que esta política tendrá que incluir cada vez un mayor compromiso con los propios de cada cultura.

5.– El impacto cultural. La relación maestro-alumno, la acción de la administración en el cambio de modelo educativo, los aspectos más revolucionarios de éste bajo las TIC al trasladar la carga de la prueba desde la enseñanza al aprendizaje, el papel de la iniciativa privada en este proceso, son algunas de las cuestiones donde los países se están jugando hoy su futuro. Si todo esto se pudiera traducir en una sensación, ésta sería: el poder político todavía no se cree que la escuela está cambiando y que debe actuar. La ambivalencia entre la tecnofobia y la tecnofilia produce una especie de parálisis que impide capitalizar apropiadamente las TIC en las escuelas y colocar el acento (y la acción) en los contenidos.

Para Ferrán Ruiz, la cuestión básica es que los alumnos adquieran las destrezas adecuadas a las circunstancias históricas. En los últimos 20 años, las TIC han resuelto muchos de los objetivos clásicos de la educación: escribir, calcular, medir, discriminar, seleccionar, buscar, agrupar. Y si el alumno no sabe utilizar estas capacidades tecnológicas y no comprende las propiedades específicas de la tecnología adecuada a cada circunstancia, quiere decir que no estará preparado para funcionar en el mundo que le tocará vivir. «Lo que sucede es que queremos seguir con los esquemas educativos tradicionales. Ahí está el problema. En los países nórdicos están tratando de desescolarizar en la secundaria, quizá porque una parte de la educación se puede hacer en las empresas, entre otras cosas por el tipo de tecnologías con las que estamos trabajando. Y esto afecta al diseño físico de los centros y a la asignación de los recursos. Por eso es insuficiente concentrar el gasto en la capacitación de los profesores y en las infraestructuras». Los contenidos, como parte de la capacitación tecnológica, sigue siendo la piedra angular, por más que nos empeñemos en llenar de ordenadores las aulas.

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