Cibercultura

Laboria, la ciudad del trabajo informatizado

Susana Finquelievich
31 mayo, 2016
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Cooperación entre humanos y robots

La colaboración entre personas y robots se está implementando efectivamente. En su planta principal de Ingolstadt, Alemania, Audi (que no por casualidad construyó el auto para la película “Yo, robot”) ha puesto en marcha en el año 2015 un robot que trabaja ´mano a mano´ con humanos: sin barreras de seguridad de ningún tipo y adaptado idealmente a los ciclos de trabajo de los empleados. Esta es la primera cooperación entre humanos y robots implantada en la cadena de montaje final. La innovadora tecnología facilita el trabajo de los empleados en las cadenas de montaje y proporciona mejoras ergonómicas. Por ejemplo, hasta ahora, los trabajadores tenían que agacharse a recoger las cajas para extraer los materiales con los que rellenar el sistema de expansión del líquido refrigerante. Las frecuentes repeticiones de los movimientos les ocasionaban serios problemas de espalda. Actualmente el trabajo es realizado por un robot, dotado de una cámara y una ventosa integrada. Estos elementos le permiten extraer los distintos componentes de las cajas y pasárselos a los trabajadores de la cadena, en el momento oportuno y en una posición ergonómica óptima. Hubert Waltl, responsable de Producción AUDI AG, opina que la cooperación hombre-robot abre posibilidades completamente nuevas: «La fábrica del futuro irá generando una creciente interacción entre el hombre y la máquina. Esto nos permitirá automatizar operaciones rutinarias y optimizar ergonómicamente puestos de trabajo que ahora no lo están». Pero en el futuro, no habrá factorías sin personas, asegura: «Las personas continuarán tomando decisiones en los procesos de producción, y nuestros empleados continuarán siendo esenciales en la futura orientación de un sistema de producción de éxito».

Audi está planificando sucesivas aplicaciones de la cooperación hombre-máquina también en el resto de sus centros internacionales de producción. En un proyecto piloto, dos robots transportan de forma independiente los coches desde la línea de producción hasta un área interna de almacenaje, donde son posteriormente colocados de acuerdo con sus lugares de destino, de modo que los empleados de logística puedan cargarlos en sus respectivos vagones de tren. La empresa está preparando la primera aplicación industrial de este proyecto, y estudiando posibles áreas adicionales de aplicación para estos robots, llamados “Ray”. Ray no tiene forma humanoide: consiste en un marco de seis metros de largo por tres de ancho, con sensores que le permiten determinar tanto la posición como las dimensiones de un coche. El robot se ajusta a las ruedas y levanta el vehículo hasta unos diez centímetros. Un software de control asigna un espacio en el cual Ray puede estacionar el coche. Tan pronto como un suficiente número de coches clasificados con dirección a un mismo destino está, el robot los mueve hasta su lugar de embarque para el transporte. Según la dirección de la empresa, el transporte autónomo de los automóviles permitiría eliminar largas distancias de recorrido caminando a los empleados, y mejorar así las condiciones de ergonomía de esos puestos de trabajo.

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