Cibercultura

De dónde viene La Rambla y… a dónde nos lleva (2ª parte)

Xabier Artazcoz
29 julio, 2016
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1- del árabe Ramlah: arenal.

La Rambla es un magnífico ejemplo de lo que representa la transformación urbana a lo largo del tiempo de un punto neurálgico que ha sido históricamente referencia de una ciudad. Lo que hoy vemos como un consolidado paseo de aproximadamente kilómetro y medio de longitud, que une el corazón de la ciudad con el antiguo muelle, tuvo su origen natural en un arenal formado por los torrentes que descendían de las montañas cercanas a la ciudad, algo que todavía hoy sigue produciéndose, solo que ahora los torrentes son de paseantes.

El origen del trazado de la Rambla como espacio vinculado a la ciudad coincide con la construcción de la segunda muralla de Barcelona bajo el reinado de Jaume I. No fue hasta el siglo XVI cuando el paseo comenzó a adquirir un trazado urbano con la aparición de edificios destinados a la enseñanza, conventos y noviciados de las instituciones religiosas que llegaron a la ciudad. La construcción alineada de estos edificios comenzó a dar un sentido urbano al paseo aunque, según el historiador Manuel Arranz, no fue hasta principios del setecientos con la llegada del Archiduque Carlos, cuando se acometieron los primeros intentos de convertir la Rambla en un paseo púbico.

Finalmente, en 1766 el Capitán General Marqués de la Mina trazó un plan para convertirla en un paseo urbano basado en un modelo urbanístico típicamente barroco: amplitud y rectitud de la avenida, arbolado en los laterales de la vía y la unificación y homogeneización de las edificaciones en forma y en altura. La ejecución del proyecto tuvo que realizarse en diferentes fases ya durante la ejecución tramos de muralla tuvieron que ser derribados para dejar paso a los nuevos edificios que delimitarían la configuración del espacio urbano.

A lo largo de la historia, tanto originalmente la arquitectura, como más adelante el urbanismo en cuanto disciplina derivada de la primera, han ideado escenarios donde el ciudadano se podía reconocer y sentirse identificado. En el caso de la Rambla, así sucedió hasta el punto de que los vecinos y comerciantes consideraron al paseo como algo propio más allá de sus viviendas y comercios, apropiado por el uso común y la convivencia ciudadana. No obstante, la transformación definitiva de la Rambla como espacio de encuentro quedó sellado a lo largo del siglo diecinueve fundamentalmente por dos decisiones políticas: por un lado, los procesos de desamortización llevados a cabo por el ayuntamiento sobre la ingente cantidad de suelo que venían ocupando hasta entonces las órdenes religiosas. La necesidad de aumentar el espacio público venía impulsada por tres razones:

.- la creciente emigración del campo a la ciudad en busca de mayores oportunidades laborales,

.- la promoción privada de inmuebles por parte de una burguesía interesada en residir en el paseo, que por aquel entonces era el lugar más representativo de la ciudad.

.- las actuaciones de saneamiento urbanístico llevadas a cabo como consecuencia de un proyecto político, el cual estaba  diseñado y pensado para definir un espacio urbano (público) predispuesto a inspirar, orientar y enmarcar a sus ciudadanos. Ejemplos significativos de dicha transformación fueron la demolición del convento de los Capuchinos, que dio lugar a la construcción de la Plaza Reial en sureste de La Rambla, el derribo del convento de Sant Josep, que dejó espacio para a la construcción del mercado de la Boquería, así como la edificación del Teatre Liceu en la parte final del paseo financiada por la burguesía. Estas intervenciones, en el siglo XIX, contribuyeron de manera definitiva a transformar esta antigua riera en un paseo muy diverso en su uso, donde Ramblejar se convirtió en el arte de los señores y residir en los palacios de la Rambla, el privilegio de ricos.

Ramblas.2

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